Ellos sin duda quienes llaman al bien y prohiben el mal, los herederos del Mensaje Profético, apegándose a su Sunnah sin ningún miedo, quienes en su sinceridad les da igual si los alagan o los critican, quienes aunque los hombres a su alrededor se encuentren en la vida de este mundo sin importarles la vida del más allá; ellos tienen presente el Día en que regresarán a Su Señor, ya que sus pasiones no dirigen sus vidas. Son aquellos que cuando ven a los que cometen perversidades no dicen: ¡Ojala pudiera hacer lo que ellos hacen! Sino saben que esa gente frente a los ojos de Alá se dirigen hacia un lugar donde dirán ¡Ay de mi por lo que he presentado! . Este grupo en lugar del mal prefieren escuchar el Corán y se apegan a los Sabios ya que ellos son los herederos de los Profetas y son quienes se esfuerzan enormemente en enseñar a su gente, conocen su derechos y conocen los derechos del conocimiento, conocen a la gente por la verdad, no a la verdad por la gente, si escuchan dice Alá o dice Su Profeta; inmediatamente se dirigen a ese llamado sin indesición, si les llega la hora del rezo se apresuran a realizar su oración, y si no lo hacen su alma les reprende por no llevar a cabo lo que Alá ordena. Ellos son quienes reconocen la superioridad del entendimiento de los Sahabas sobre el de ellos, y dicen a Alá ¡Muestranos la verdad como verdad y concedenos su seguimiento, muestranos lo invalido como inválido y aléjanos de ello!.
Son quienes dijo el Profeta de ellos:
«No dejará un grupo de mi comunidad de estar establecido sobre el mandato de Alá, no les perjudicará quien los traicione o los contradiga, hasta que llegue la orden de Alá y ellos sobresaldrán entre los hombres»[1].
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